GALLO y Perro deciden dejar la granja para ver el mundo y parten a la mañana siguiente muy animados.

  “¡Qué hermoso día!” dice Gallo, encantado de estar en esta aventura.

  “Absolutamente,” responde Perro. “Un día muy hermoso.”

 Caminan en silencio, admirando el paisaje. Hay pocas cosas en la vida más placenteras que una aventura con un buen amigo. De vez en cuando se detienen bajo la sombra de un árbol o para beber de uno de los muchos riachuelos que se encuentran a lo largo de su camino. Al final del día están bastante cansados y buscan un lugar para dormir.

  No es tan simple; Gallo necesita una rama para posarse mientras que el perro necesita un refugio. Finalmente, encuentran lo que buscan, un viejo tronco de árbol con un agujero y una rama alta.

  A la mañana siguiente, como de costumbre, el gallo empieza a cantar.

  “¡Quiquiriquí ! ¡ Quiquiriquí!”

  El ruido despierta a Zorro, cuya guarida no está lejos. ¿Oye correctamente? Quiquiriquí? ¿En el bosque? Tararear. Rápidamente va a ver por sí mismo. No ha comido en mucho tiempo, ¡y el estofado de gallo es una de sus cosas favoritas para comer! Sale de su guarida y se acerca, casualmente.


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